Si queremos alargar la vida de nuestros pinceles, preservar su forma y su capacidad de realizar las pinceladas de la mejor manera, aquí os compartimos unos sencillos trucos.
Cuidado de los pinceles para acuarela, gouache y témpera
Vamos a comenzar con la acuarela, el gouache y la témpera: los pinceles que usemos con estas técnicas son los más fáciles de mantener, porque la carga de agua que llevan es altísima. Así que usando un jabón suave como el de Raphaël y enjuagando bien con agua tibia es suficiente. Para guardarlos con su forma original podéis utilizar el Restaurador de Pinceles: los humedecéis y con los dedos les dais la forma adecuada.
Cuidado de los pinceles para acrílico
En acrílico cuesta más quitar la pintura, la limpieza sigue siendo con agua tibia y jabón neutro, pero hay que insistir un poco más porque muy fácilmente nos van quedando restos en el interior sin darnos cuenta, hasta que un día vemos que nuestros pinceles se han quedado duros y acartonados.
Si esto nos pasa, recomendamos que utilicéis Lavapin: se necesita muy poca cantidad, apenas lo suficiente para cubrir el pelo. Dejáis el pincel en remojo 5 minutos y después lo aclaráis bajo el grifo con agua y jabón. Este paso está bien hacerlo como mantenimiento, no a diario: os aconsejamos cada 15 o 20 días y así alargaréis considerablemente la vida de vuestros pinceles.
Cuidado de los pinceles para óleo y disolventes
La pintura al óleo es sin duda la más difícil de limpiar. En el siglo XX se generalizó el uso del aguarrás y disolventes, y quizás no esté mal porque es rápido, pero se debe ser cauto. Si se quiere utilizar el aguarrás o disolventes debe ser muy poca cantidad y una primera limpieza rápida para sacar el grueso de pintura (y nunca se dejan en remojo porque queman el pelo).
Como alternativa al aguarrás o bien justo después de utilizarlo, limpiamos con el jabón en pastilla de Raphaël o el jabón cremoso negro de Escoda. Se frota y se insiste, y se aclara con agua tibia. Cuesta un poco más, pero será muy difícil que estropeemos el pelo del pincel, y nos van a durar muchísimo más.
Si seguís prefiriendo un líquido para limpiar, tenemos alternativas ecológicas. Podéis utilizar también Lavapin, tal y como os hemos explicado para la pintura acrílica. También se puede usar el jabón en pasta de Escoda para peinarlos y darles forma antes de guardarlos.
Sea agua o aguarrás, nunca los dejéis en remojo más de unos minutos, y que el líquido nunca sobrepase la virola metálica del pincel, porque hará que paulatinamente se nos vaya pudriendo la madera y cuarteando el barniz del mango.
En Artcants hemos visto que en los últimos años muchas personas y casi todas las escuelas y talleres, prefieren el disolvente sin olor para limpiar sus pinceles. El tema de los olores preocupa y que mucha gente lo utilice a la vez lo hace casi insoportable. Pero debéis saber que el hecho de que se llame “sin olor” o de “limón” no quiere decir que no respires sus vapores. De hecho, este tipo de disolventes es mucho más tóxico para nosotros que el aguarrás puro o la trementina. Siempre que se pueda, es mejor que utilicéis éstos porque os daréis cuenta de cuanto producto utilizáis y en qué momento empieza a ser molesto. Y recordad que tenemos alternativas ecológicas no dañinas.
Los recipientes limpia pinceles
Tanto en acrílico como en óleo funcionan muy bien los recipientes limpiapinceles. Éstos se llenan con el disolvente o el limpiador ecológico que hayamos escogido, y disponen de una malla metálica con la que resulta más fácil frotar para deshacer la pintura que se queda atrapada en la parte más interna del pelo.
Además estos recipientes tienen un muelle que nos permite dejarlos colgados boca abajo mientras se escurren, y así mantener mejor la forma del pincel.
¿Cómo guardamos nuestros pinceles?
Tan importante es limpiar los pinceles, como guardarlos. Si estáis en casa, bastará con botes donde dejarlos en vertical con el pelo hacia arriba. Si en cambio los guardáis en estuches o cajas, vigilad bien que las puntas nunca se chafen.
Hay dos tipos de almacenaje para pinceles que son sencillos y prácticos:
- las esterillas, de tela o de bambú, porque disponen de suficiente espacio en la parte superior para proteger el pelo y evitar que se dañe. Luego se enrollan y ocupan muy poco espacio.
- los estuches rígidos con velcro o cremallera, que por dentro se parecen a los estuches de los escolares, con una goma para cada pincel, y de esta forma no se mueven.
Si adquirimos los hábitos adecuados con nuestros pinceles, ya veréis cómo éstos van a responder mucho mejor a la pincelada y nos van a durar mucho más tiempo en perfecto estado.